En palabra de Esther: Todo vibra, desde una pequeña piedra hasta el planeta más grande y lejano. Todo lo que vibra emite un sonido. Independientemente de que nuestros oídos limitados puedan captarlo o no, siempre hay un sonido. El  cuerpo físico formado por células, órganos, músculos, fascias, tejidos, huesos, líquidos, etc, al igual que la mente y sus pensamientos como nuestros cuerpos energéticos sutiles, vibran también y, por lo tanto, emiten sonidos. 

 

 

Me gusta la idea de visualizarme como una gran orquesta donde cada músico conoce su partitura y juntos crean melodías maravillosas. Las leyes naturales rigen esta perfecta armonía que se refleja en equilibrio y pura belleza. Lo que sucede es que a veces alguno o varios de estos músicos olvidan o pierden el compás y lo que estaba afinado de repente comienza a desafinarse. 

 

El Gong es un GRAN afinador. Este instrumento mágico y ancestral con sus infinitos armónicos y su potente vibración tiene la capacidad de devolvernos a ese estado óptimo de resonancia natural. El Gong recuerda a cada músico cuál es su labor para que la pieza final resuene con las leyes de la naturaleza. 

 

Una de las causas principales de la ruptura armónica es el estrés expresado en cualquiera de sus formas. El ritmo de vida, las prisas, el no dedicarnos tiempo y momentos de quietud, la desconexión con la naturaleza y el exigirnos de forma constante nos llevan a perder el centro y nos conducen a estados de desequilibrio a todos los niveles.

 

El Gong trabaja de dos formas muy potentes: en primer lugar «te quita», es decir, limpia, purifica, arrastra con todo aquello que te carga, elimina tensión física, presión mental, desbloquea emociones estancadas, disuelve patrones y programaciones que nos dañan y limitan, despeja el camino y, como solemos decir, vacía esa mochila que vamos llenando poco a poco y que nos frena para avanzar por el camino de la vida. 

 

La segunda parte es la alineación y el equilibrio. Para vivir más felices y despiertos es imprescindible un balance entre cuerpo, mente y energía y esto es lo que nos proporcionan estos instrumentos, vivir desde el centro, experimentar la conexión con nuestra esencia, sentir que YA lo tenemos todo, que somos seres prósperos si vivimos conectados con nuestra vibración más pura. 

 

Lo interesante es que nos hace ambos trabajos a la vez y apenas sin darnos cuenta, limpia y equilibra, purifica y armoniza.

 

Cuando recibimos una sesión de Gong nuestra consciencia se expande, entendemos y aceptamos el devenir de la vida desde otra perspectiva, menos reactivos. Suceden pequeños cambios que nos muestran cómo vivir más libres, nuestro corazón se abre y saboreamos cada vez más la calma y la serenidad. El sonido y la vibración de los Gongs nos conducen, si nos abrimos y lo permitimos, al lugar donde SIEMPRE nos sentimos en paz, ese lugar es el SILENCIO. Somos Silencio y los Gongs nos lo muestran, nos lo recuerdan, nos conducen de vuelta al origen, al hogar. Todo comienza y acaba en el Silencio que todo lo sustenta, que todo lo une y lo abraza. 

 

La cantidad de beneficios que obtenemos cuando nos tumbamos bajo los Gong es muy extensa. Toca y ajusta las 4 dimensiones del ser humano: la física, la emocional, la mental y la espiritual. 

 

 

Desde Yoguihotel os invitamos a visitar la web de Esther 

gongsounds.com y echar un vistazo a la lista interminable de sesiones y terapias de Sonido.

 

Están ubicados en Alicante pero están muy acostumbrados a desplazarse a bodas, bautizos, hogares, reuniones familiares, regalos sorpresa, de navidad, etc.

 

Tienen muchas opciones e infinitas posibilidades. 

 

 

El Gong lleva Paz, Felicidad y Prosperidad tanto a los espacios físicos como a las personas que lo reciben.